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viernes, 1 de mayo de 2015

Josué y la Conquista de la Tierra Prometida


 
Después de la muerte de Moisés, Dios eligió a Josué para dirigir, conquistar y tomar posesión de la Tierra Prometida que juró entregar a Abraham, Isaac y Jacob. Ya era el tiempo que Dios había elegido para ello, ya que el pueblo de Israel había adquirido la preparación necesaria para tal hazaña. Cuarenta años pasó el pueblo de Israel en el desierto quejándose y sufriendo las consecuencias de la falta de fe y obediencia a Dios. Incluso Moisés pecó de falta de fe cuando Dios hizo brotar agua de la roca en el desierto. Por eso Dios no le permitió entrar en la tierra prometida.

En esta nueva generación del pueblo de Israel, ya había un gran número de hombres valientes, ordenados en 12 tribus y preparados para la batalla. Dios le ordenó a Josué que se esforzara y fuera valiente, y que obedeciera la Ley como condiciones para que todo le saliera bien en la conquista que iban a emprender. De esta manera, Dios iba a estar con él y con su pueblo a donde quiera que fuera.

El río Jordán era el obstáculo que impedía que el pueblo entrara en la tierra prometida. Por ello, al igual que con el mar Rojo, Dios dividió las aguas del río hasta que todos cruzaron. El arca del pacto, que significa la presencia misma de Dios, iba delante del pueblo, la cual era sustentada por los levitas (tribu elegida por Dios para ello). Una vez cruzado el Jordán, todos los reyes enemigos de Israel les temían, ya que Dios iba con ellos.

Jericó fue la primera ciudad en ser conquistada. Una vez más Dios hizo una demostración de su poder y su gloria cuando rompió y derribó los muros que rodeaban la ciudad. Cada centímetro cuadrado que se conquistaba era condicionado por la obediencia a Dios. Pero cuando el pueblo desobedecía, se encontraba con una derrota contundente.

Esta palabra nos enseña que hay que ser esforzados y valientes para cualquier reto de la vida, pero también hay que prepararse, tener fe y obedecer los mandamientos de Dios. Si cumplimos estas condiciones, Dios peleará la batalla por nosotros y nos dará la victoria. Si no obedecemos, sufriremos derrotas y fracasos.

Dios da instrucciones a Josué:

“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Y Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo: Pasad por en medio del campamento y mandad al pueblo, diciendo: Preparaos comida, porque dentro de tres días pasaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que Jehová vuestro Dios os da en posesión". Josué 1:1-11

Dios abre las aguas del Jordán:

“Y aconteció cuando partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto, cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar Salado, se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó. Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco". Josué 3:14-17

La conquista de Jericó:

“Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá". Josué 6:2-5

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